Letizia y Felipe: ¿al borde del final?

Letizia y Felipe: ¿al borde del final?

Los cada vez más frecuentes rumores de crisis conyugal entre los herederos al trono español ponen otra piedra en el zapato de los monárquicos ibéricos.

Los últimos años no han sido los mejores en el reinado de Juan Carlos I de España. No solamente sigue en los titulares de su país el caso Nóos que vincula a su hija Cristina y su yerno Iñaki Urgandarín en los que de manera poco frecuente y rápida tuvieron ganancias muy superiores a los que podían acceder los Duques de Palma. Y así la relación del monarca con la cacería siendo el presidente de asociaciones para la defensa de los animales,  su supuesto romance con una princesa alemana (sumándole una más a su larga lista de conquistas de las que se aseguran están cantantes, actrices y diplomáticas), y las posibles circunstancias que motivaron a su hija mayor Elena a divorciarse de Jaime de Marichalar, han hecho que estos tiempos no sean de calma para los Borbones.

El único respiro de la casa real lo daban los herederos Felipe y Leticia quienes a pesar de las controversias suscitadas por su boda en 2004 siendo ella divorciada, la unió de la pareja, sus poses relajadas y siempre románticas sin importar evento o lugar y la llegada de las dos infantitas Leonor y Sofía, hacían una imagen idílica de la pareja que se afianzaba en su camino a la corona.

Nunca antes en los casi 10 años de matrimonio del príncipe y la periodista habían sonado tan fuertes las alarmas de una crisis conyugal como en el pasado verano en donde según versados y muy informados comunicadores españoles informaban casi pelos y señales los conflictos de pareja que avocarían a un divorcio sin reversa alguna.

Según los ‘cotilleos’ (como se le dice a los chismes en España),  Leticia con una dosis de emancipación, habría no solo de salirse de los eventos familiares y protocolarios de sus vacaciones con el resto de la familia en Marbella, sino que en compañía de amistades de ambos géneros disfrutaría la noche balear en su máxima expresión con dosis de mucho baile y vinos llegando en las madrugadas al palacio de Marivent, situación que se repitió en varias ocasiones y sin la compañía de su real marido que se quedaba al cuidado de las princesitas.

Estas historias seguían siendo sustentadas por periodistas del corazón que se atrevían a informar que luego de sonadas reprimendas del heredero,  la ex conductora de televisión, habría abandonado en solitario y antes de lo previsto su temporada de vacaciones y regresar a Madrid, al parecer para adelantar tramites de una separación conyugal.

Ahora luego de tantas conjeturas y especulación, yo me atrevería a afirmar que esto (sin que sea imposible que se dé), es muy poco probable que esté sucediendo.

Y es que sin dudar que Felipe ame a Letizia y Letizia a Felipe,  está por encima de todo se ama a sí misma y su ambición. Y que conste que no lo digo en términos peyorativos. Ella misma afirmaba con toda la seguridad del caso en su pedida de mano a finales de 2003 que su matrimonio era su nuevo proyecto de vida por consiguiente todo lo que había logrado en su pasado como profesional de las comunicaciones, hacía un borrón y cuenta nueva.

Letizia, no dejó de lado su carrera porque si… es sagaz, astuta, calculadora y si se subió al tren de ser Princesa de Asturias a sus más de treinta años, era porque estaba segura de ser reina de España… ella sí que no estaba dispuesta a ser una nueva versión de Lady Di, que se quedó como Princesa de Gales.



Aunque Felipe ha demostrado en los últimos años que está más que preparado para reinar,  y su soltura y dignidad real se demuestra al 100 % en cada uno de los eventos en donde representa a su casta, también es cierto que la reina de la casa es Letizia y es ella quien manda… no dudo que en estos años de matrimonio hayan tenido uno que otro problemilla que los haya puesto a discutir como es natural, pero la verdad nunca podría ser algo tan serio como para avocar al fin de la relación. 

Felipe no es un profesor y escritor de segunda categoría como fue catalogado su anterior marido… él será el rey de España y como tal ella llegará junto a él a ceñir la corona de su país con altura, respeto y dignidad por la institución de la que ella ha visto como mas que ‘un proyecto de vida’.  ¿Que si está enamorada? Por supuesto que sí lo está. Ella ama a Felipe y todo lo que él representa… eso lejos de ser discutible es una garantía de que llegará hasta el final de la misma forma que Sofía por la educación que recibió, también ha tenido que aguantarse todo tipo de paquetes con una cara que dice : Aquí no pasa nada.

Luego de un viaje a Argentina en donde la pareja hacía frente a los rumores prodigándose más amor de lo que lo que hemos visto frente a las cámaras de televisión y fotografía, Letizia se mantuvo en un discreto segundo plano. Callada y hasta sumisa en su proceder, pero un su mirada se denotaba lo que siempre hace: observadora, astuta…estratégica. Ella es la mujer que necesita Felipe para hacer el complemento ideal.

Ella sabe que redactando noticias en un computador o leyendo un telepromter en un set de televisión, nunca iba a acceder a una vida que hoy ostenta y no estaría dispuesta a perder. Por encima del lujo o confort  de los palacios, o de conocer a líderes mundiales y viajar  a los sitios más insospechados, Letizia Ortiz, más que una princesa de cuento de hadas (que nunca lo ha sido a diferencia de sus colegas Mary de Dinamarca o Charlene de Mónaco),  Ella quiere reinar no un paso atrás de Felipe. A su lado con toda la pompa y autoridad… por eso hoy calla…porque sabe que después hablará y actuará y de lo que estamos seguros es que será una reina que marcará un antes y un después en la historia de España.

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